Publicado en Comunicación, Discurso, Oratoria, Pensar, Retórica, Silencio

SILENCIO V MÉTODO II

En la anterior entrada vimos cómo conseguir calma mediante la respiración para alcanzar silencio. Pero el silencio no consiste en la ausencia de ruido externo, sino también de sosiego. Para lograrlo, vamos a dar tres pasos más una vez que ya hemos establecido la respiración:

5.    Deje fluir lo que vaya apareciendo por su cerebro, no lo dirija, no lo censure: imágenes, sonidos, sensaciones…

6.    Concéntrese en un asunto que le interese y deje fluir de nuevo ideas y sensaciones y emociones sobre él.

7.    Cuando se note cansado, déjelo.

Fíjese que lo que interesa no reside en las conclusiones que se puedan extrae de ese pensamiento, como ocurre en algunas técnicas de pensamiento creativo, sino de detenerse en el silencio. Pero el silencio no es puramente algo exterior, sino una actitud interior hacia las cosas, que se centra en una escucha atenta de sí mismo y de lo exterior, antes que dejarse llevar por el ruido.

La contemplación de las cosas nos lleva hacia el silencio, desde el exterior al interior.  Y desde ahí podremos intentar crear.

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SILENCIO IV Método I

Método de silencio

  • Siéntese en un lugar tranquilo.
  • Inspire durante tres segundos
    • Aguante con el aire dentro dos segundos
  • Espire durante dos segundos
    • Aguante dos segundos antes de volver a tomar aire
  • Mantenga este ritmo de respiración concentrándose en él durante un par de minutos.

Esto es un primer momento para conseguir estar en silencio. El ritmo continuo de la respiración promueve una sensación de tranquilidad.

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El humor en el discurso V

Seis consejos sobre el humor:

  1. No le va bien al orador un rostro ridículo, como lo ponen los humoristas.
  2. La mordacidad bufonesca y la grosería son ajenas al orador.
  3. La obscenidad debe estar ausente tanto en las palabras como en el sentido.
  4. Se debe evitar ser petulantes y engreídos.
  5. Que no parezca que lo traemos preparado de casa.
  6. Contra los desgraciados son inhumanas las bromas.
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Creación de silencio

QUIEN NO SABE CALLAR, TAMPOCO SABE HABLAR

(Pseudoséneca, De moribus)

Ante una presentación o discurso enseguida nos planteamos la ejecución, el desarrollo, los gestos, el vocabulario a emplear…. Corremos el riesgo de oscurecer un requisito imprescindible para el orador: cultivar el silencio.

Los antiguos hablaban de dos operaciones mentales previas a la elaboración del discurso que consistían en entender la cuestión de la que se iba a hablar (intellectio) y encontrar los materiales a emplear en esa exposición (inventio), los argumentos, los ejemplos, los signos que se pueden utilizar. Hablaremos de eso también, pero quiero exponerle un paso anterior desde donde nace fuerza interior para afrontar la situación en que nos pone hablar.

 “La acción nace de una mente silenciosa, es la cosa más bella del mundo”

(Osho, Creatividad)

Todas las producciones humanas aparecen primero como ideas en el interior de una mente que observa, que establece relaciones y que se detiene en lo que le parece interesante.

Y, sin embargo…, ocurre que a veces resulta difícil no sólo estar en silencio, sino también encontrarlo:

Por otra parte, no debe olvidarse que los efectos del ruido también pueden afectar a la persona, aunque esta no sea consciente de ellos, incluso siendo bienvenido el ruido” (Guski, El ruido)

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Demóstenes en silencio
                            ¿Qué dirá? Expectación, energía, concentración

Le voy a proponer un sencillo método para ejercitar la contemplación, es decir, la capacidad de estar en silencio consigo mismo.

El método es sencillo, sí,  pero requiere algo de constancia para poder sacar resultados. Quizá al principio le cueste trabajo, porque no siempre resulta fácil alcanzar y soportar el silencio.  Siga los siguientes pasos:

  1. Busque un lugar tranquilo
  1. Siéntese. No ponga música
  1. Cierre los ojos (más tarde los dejará abiertos)
  1. Respire siguiendo un ritmo:
    1. Inspire
    2. Espere un momento lleno de aire
    3. Espire
    4. Espere un momento vacío de aire. 
                       (Siga así así rítmicamente. Luego  se  olvidara de la respiración)
  1. Deje fluir lo que vaya apareciendo por su cerebro, no lo dirija, no lo censure: imágenes, sonidos, palabras…
  1. Deje fluir emociones y sensaciones (paulatinamente le alcanzará solo el flujo silencioso de su cerebro)
  1. Cuando se note cansado, déjelo. Si se adormece, duérmase
  1. Concéntrese en un asunto que le interese y deje fluir de nuevo ideas y sensaciones y emociones sobre él.    (Esta última, para encontrar ideas sobre algo)

El silencio consiste en una actitud interior, que se centra en la escucha atenta de sí mismo y de lo exterior. Por eso desaconsejo la música, un arte al que hay que prestar atención para no convertirlo en ruido.

La contemplación de las cosas nos lleva hacia el silencio, desde el exterior al interior. Podemos manejar con cierta facilidad el ruido externo, pero el interno es más complicado. El método que le propuse antes, si lo practica con asiduidad, le ayudará a acercarse y conseguir ese silencio interno en el que podremos encontrarnos con nosotros mismos y, desde un punto de vista más práctico, hallar los motivos, temas y palabras con las que expresarnos en nuestra vida cotidiana y a la hora de hablar en público.